ACNUR difunde
Los 35.300 indígenas del pueblo awá hacen parte de los 35 pueblos indígenas en riesgo de exterminio físico y cultural declarados por la Corte Constitucional de Colombia.
La comunidad indígena awá se reúne en Orito (Putumayo) para visibilizar su problemática y existencia
ORITO, Colombia, 19 de septiembre (ACNUR)
Humberto Alirio García, miembro del Organización Indígena ACIPAP, recuerda con indignación los hechos que han marcado la historia de los awá. Mientras se acomoda su bastón de mando y nos señala el camino hasta su resguardo “Los Guadales”, explica con detalle la importancia de la instalación de la mesa de concertación en Orito como un espacio que se abre en el proceso organizativo en términos de prevención y protección para ellos. “Tenemos muchas expectativas frente a lo que va a decir el gobierno, hemos construido nuestro plan de vida sobre cuatro pilares que para nosotros son fundamentales: salud, educación, territorio y autonomía” dijo Garcia.
Después de una hora de caminata entre la espesura del bosque amazónico, se empieza a divisar una planicie donde corren cantidades de gallinas en medio de seis casas. En “Los Guaduales” viven aproximadamente 68 familias, entre estas la familia de Alirio, desde hace más de 40 años. “Ahora estamos trabajando en la elaboración de un pozo séptico, lo vamos a ubicar allá detrás del colegio”, dice Alirio mientras señala a cuatros jóvenes del pueblo indígena que cargan tubos metálicos y palas de acero, “así somos nosotros como pueblo, unidos, nos hemos sostenido y seguimos sobreviviendo”.
Alirio explica que el pueblo awá ha sido uno de los pueblos más afectados a causa del conflicto armado interno en Colombia y la explotación de recursos naturales y por eso la importancia de permanecer juntos.
Durante los años 2004, 2005 y 2006, en comunidades de los resguardos de Magüí, Pialapí Pueblo Viejo, Vegas, Cuascuabí, Cuchillas del Palmar, en el municipio de Ricaurte, se presentaron desplazamientos masivos de cerca de 1300 personas, debido a enfrentamientos armados. Sumado a esto, en el año 2009, éste pueblo indígena vivió dos de las masacres más crueles, donde fueron asesinadas 17 personas en el municipio de Barbacoas y meses después 12 más fueron halladas muertas en el resguardo Gran Rosario de Tumaco, entre las cuales se encontraban ochos menores de edad.
A causa de estos hechos, el ACNUR ha acompañado constantemente los procesos del pueblo, frente las acciones que la institucionalidad debe adelantar en el marco de la Sentencia T-025 de 2004 y sus autos de seguimiento, los cuales fueron proferidos por la Corte Constitucional, con miras a la garantía de sus derechos fundamentales y como mecanismo de respuesta ante la situación de emergencia en la que se encuentran todavía.
Luisa Bacca, Oficial de protección en Nariño del ACNUR, asegura que este proceso ha marcado historia en el pueblo indígena awá y en su proceso organizativo pues visibiliza su problemática y existencia. “Se ha generado un movimiento social de mayor conciencia hacia la situación del pueblo awá y para ellos ha sido importante el hecho de que se pueda asegurar una respuesta a sus problemáticas, el escenario de esa respuesta se está dando en el marco de estos procesos”, dijo Luisa.
Alirio, de la mano de los niños del resguardo, muestra el Rio Orito y cuenta lo importante que son esas aguas en su vida y cosmovisión, señala también su preocupación frente a la quema de crudo y perforación de pozos para el bienestar de su tierra y alimentos pues asegura que todos son “Inkal Awá, hijos de la montaña, y sin el territorio no somos nada”.
De regreso en las calles pavimentadas de Orito, en un salón amplio para los más de 300 asistentes, Alirio junto a otras autoridades de las organizaciones indígenas atienden con cuidado las palabras del Viceministro del Interior y Justicia, Aurelio Iragorri Valencia: “Estamos dispuestos hacer todo los posible para que esas situaciones que han afectado tan gravemente a su pueblo no siga sucediendo”.
A pesar de los esfuerzos que viene adelantando el Gobierno, las Organizaciones Indígenas del pueblo awá, las autoridades locales y la comunidad internacional, todas las partes son concientes de los múltiples problemas que trae la ubicación que tiene el territorio de los awá por ser un punto estratégico de selva fronteriza con el Ecuador y una ruta de comunicación entre el centro y la costa nariñense, lo cual lo constituye en un corredor de los grupos armado ilegales y de las redes del narcotráfico.
En los resultados y avances que de esta mesa de concertación se desprendan, Alirio al lado de su mujer, hacen especial énfasis en la importancia de concebir al pueblo awá como un todo, no sólo hacer referencia a la gente; el río, las plantas, las rocas hacen parte de su territorio y todo tiene su espíritu, eso da otra perspectiva de cómo se debe entender la realidad de los Inkal Awá.
Los 35.300 indígenas del pueblo awá, que se encuentran en los departamentos de Nariño y Putumayo, hacen parte de los 35 pueblos indígenas en riesgo de exterminio físico y cultural declarados por la Corte Constitucional en su Auto 004.
Por Johanna Reina, en Orito, Colombia
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